oh! sol de la razón que hace huir las sombras de la noche!

Hoy tuve un gran incentivo. Venía yo leyendo el libro que me prestó Raúl sobre literatura rusa y me sentí muy bien. La literatura es algo bellísimo.
Cuando leo algo que me inspira o enardece, me siento de maravilla -podría decir que llego a sentirme feliz, pero no creo que sea un acierto, es algo más-, sonrío y creo en algo. Cuando crees en algo y eso se convierte en un motivo que desencadena tu visión, tu acción, es algo hermoso. Es una pasión que encuentro en los libros, en la piel, en la vida.

Hablando de la vida, todo parece ser parte de algo curioso: las coincidencias nos caen del cielo como un aguacero; fuertes, irremediables, implacables. No comprendo aún su dinámica, pero hoy las elogio como lindas sorpresas.

(...)

¿Qué pasa?... ¿porqué esa sonrisa?.... ¡soldado, quite esa estúpida sonrisa!

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una palabra, un golpe en el vientre, una coincidencia, una sonrisa... y yo me divido.

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Oh! Pushkin, sol de la razón que haces huir las sombras de la noche!...