Un amigo Fiel

Hoy en la mañana pasó algo que me ha tenido triste y enojada todo el día. De camino a tomar el autobus para Tacubaya, mi querido amigo Caramelo o Canelo como también lo llaman, como casi siempre se despertó cuando Raul y yo saliamos en la mañana y nos acompañó, feliz, como casi siempre. Sigue, acompaña a las personas que le caen bien. Íbamos por una calle que tiene un barandal de seguridad y el perro, por evitar a unas señoras que le dieron miedo (esto es suposición, probablemnte lo hizo por que se distrajo o no sé) se fue por abajo del barandal. Y que se cruza la calle y a media calle que le pica la pulga... y que se rasca. Un carro se dio la vuelta para entrar a la salida a la carretera. Una mujer manejaba el auto. Le dió un golpe y siguió sin importarle que el perro estaba ahí, Raúl le gritó, pero la tipa no se detuvo, a pesar de que no había ningún auto atrás que le justificara el no detenerse... y para acabarla, como patada en la espinilla, la mujer se estaba riendo. ¡Se estaba riendo la muy imbécil! ¡La muy estúpida estaba sonriendo! ¡Sonriendo! ¿que clase de persona hace eso? ¿Que clase de vasca, de vómito de vaca, de caca de alce puede hacer eso mientras golpea a un perro? ¿eso es una persona con algo de sensibilidad? ¿es eso una persona? no! eso es una caca de alce con patas manejando.
Yo perseguí al carro un poco mientras le gritaba no sé que cosas, todos los viejitos que se forman para entrar a las camas de masaje se me quedaban viendo. No me importa, ojalá hubiera tenido una piedra... es más, después lo pensé, debí de aventarle mi quijote, esa arma letal.
Por suerte, Caramelo no sufrió mucho daño, se levantó bien, muy asustado, mucho... se veía muy desconfiado. Al tratar de agarrarlo se fue, se hizo el esquivo, el espantado... y en sus ojos se veía el miedo. Lo seguimos y más adelante, vovlió a ponerse contento, lo acariciamos y le compramos algo de comer.
Yo preferiría chocar mi auto antes de golpear a un perro. Imagínenselo, golpear a un perro, tal vez matarlo. Que horror. Matar a un perro.
Si esa mujer-caca hubiera matado al Caramelo, no sé que hubiera hecho. Hubiera anotado la matrícula y la denunciaría por homicidio... canicidio? perricidio?. Hubiera llorado mucho, mucho. Y nadie haría nada. Así como nadie hace nada por los miles de perros que hay en la calle, que sufren maltratos, que están desamparados. Ni por los gatos, ni por los niños, ni por los ancianos. Es como si se volvieran parte del paisaje de la ciudad; ya nadie los nota, ni siquiera les interesa. Si a uno, cuando va en el metro, todas las personas pasan de largo, aún cuando estás en el suelo por que te caes o se te cae algo; nadie te ayuda, nadie te ve... ¿que oportunidad tienen los perros de la calle, que no pueden hablar, que no piden, que son mansos, que no tienen rencor sino una mirada de "nomehagasdaño"?.

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Cuando regresé a mi casa, estaba viendo 31 minutos. El reportaje de Juan Carlos Bodoque fue precisamente sobre los perros de la calle. Y dijo algo muy cierto:

"Si quieres que sea tu amigo, trátalo como tal"

Sé que casi nadie lee esto, este blog, pero no importa. Se necesita educar a las personas sobre la responsabilidad de tener un perro, un gato, una mascota, alguien o algo, pues, que dependa de nosotros. No son juguetes de los que te puedes deshacer. Y si tienes la oportunidad de tener y cuidar a un perro, o un amigo o un familiar; date una vuelta por la calle, adopta un perrito de la calle, llévatelo a tu casa, dale de comer, dale agua, dale un lugar. Si encuentras a cachorros desamparados, cuídalos, regálalos, consígueles casita. Porque es hermoso ver a un animalito contento, es hermoso porque su alegría es más pura, más sincera, que la de cualquier persona.

Veo a Benito y me siento feliz; yo estaba sola, lo necesitaba y el también me necesitaba... no es el gato más agradecido del mundo, pero con verlo gordito y sano, me siento feliz.

I love you Benito 'cause you complete my world.