sábado, septiembre 29, 2007

Zombie


Me despierta mi hermana: dice cosas del desayuno, aún no puedo ponerle atención del todo porque sigo con la modorra y el sueño. Tuve un sueño interesante, uno de esos sueños que parecen casi reales, que son raros, y aunque no sean bonitos, son divertidos.

Soñé que estaba frente a una casa, una casa muy vieja y no acabada. La puerta de entrada era de madera oscura y fuerte, toda la pared de un lado estaba roída y parecía que en cualquier momento se iba a caer. Yo estaba parada enfrente de ella, tenía que ver a alguien. No sé a quien, solo sé que era un hombre. Abría la puerta y adentro había vigas y trozos de madera. Tenía que esquivar todo mientras iba pasando. Eran departamentos, por cierto. Cuando llegaba al piso y a la puerta de la persona que tenía que ver, daba golpes en la puerta, pero nadie respondía. Del piso de abajo salía una señora y me decía que desde hace mucho que esa persona no respondía. Fue a su departamento por una llave y abrió la puerta. Sorpresa sorpresa, del departamento salió el olor a muerto. El hombre estaba tirado de espaldas con el cráneo deshecho y del interior salía un olor repugnante. Yo me refugiaba en un departamento vacío y sin puerta que estaba junto al departamento del muerto. La señora entraba y salía después corriendo y gritando. Al ver que salía así, yo me acercaba a ella y veía que traía una quijada mordiéndole el brazo. Al instante, el brazo se tornaba café y verde oscuro, verde lama, verde podrido. Yo me acercaba y la señora seguía bajando por el cubo de las escaleras. Al llegar abajo, había mucha gente reunida y la quijada hacía de las suyas mordiendo. Al llegar abajo, me sorprendía de momento que la quijada saltara sobre mi. Me mordía una parte de la cara, luego saltaba hacia otra persona y yo sentí entonces como toda la parte derecha de mi rostro se iba deshaciendo. Sentía la carne podrida y el hueso, mis dientes sobresaliendo por la parte de mejilla faltante, era divertido hasta que quisieron atraparme. Pobres zombies, no los comprendes hasta que eres uno de ellos. Yo corría por las calles y las conocía, tenía todavía mi conciencia humana. Aquí el sueño daba un giro bastante extraño. Llegaba yo a una gran casa, adentro estaba mi hermana y una prima. Me decían que había algo ahí que las perseguía, un demonio. El demonio era como una dualidad. Vivía en los espejos y en el fuego. Cuando se separaba, la parte de los espejos perseguía a mi hermana, la parte del fuego a mi prima. De alguna manera, yo lograba destruir a la parte de los espejos, pero la parte del fuego seguía persiguiéndonos. No sé que pasó ahí, pero yo salí de la casa y en otro giro, resultaba que todo era una película que había comprado con Raúl. Era una película corta, pero aún no terminaba y cada vez se repetía. En cada corte yo sabía que era una película pero no podía salirme de ella hasta que terminara cada parte. En la segunda parte todo iba igual: el departamento, el cadáver, la señora. Solo que ahora no se desprendía la quijada del muerto, sino que todo se levantaba y comenzaba a morder gente que a su vez, se convertían en zombies. Inevitablemente me mordía y empezaba la sensación de perder la conciencia, de seguir pensando pero no poder hacer nada, de no recordar nada, de estar atrapado en un cuerpo semi-muerto. Escuchaba en mis últimos segundos de conciencia que ya tenían la solución. Yo estaba tirada boca abajo en un campo abierto, con un césped muy verde que me rozaba la cara. Decían que solo se solucionaba con una bomba atómica. Y después de eso, un sonido muy fuerte y calor en mi cara. Empieza de repente, la tercera parte. Lo mismo: el departamento, la señora, las escaleras, el cuerpo tendido, muerto. El demonio estaba en el departamento, pero ya no podía hacer nada. El cuerpo no se levantaba y lo recogía un equipo especial, así que no pasaba nada. La toma se cierra con un auto rojo corriendo precioso sobre una enorme carretera. Fin. Decía. Cuarta parte: de nuevo, el departamento, las vigas, la señora, el cadáver. El cadáver. El cadáver.
Todo de nuevo y partes inconexas: un tubo dentro del departamento, la casa donde estaba el demonio, cosas así, pero siempre regresando a lo mismo: el departamento, las escaleras, las vigas, la señora, la puerta, el cadáver.





Es como aquel episodio de Aeon Flux, donde despierta en el mismo lugar, van pasando una serie de cosas iguales y las demás van cambiando, cambian tanto que al final

solo son cosas inconexas que la llevan a lo mismo. Este sueño fue igual, pero con zombies.


Me gusta cuando recuerdo cada mínimo detalle en mis sueños.

El cadáver... hummm... me afecta la novela policiaca.

4 dichos:

carlos dijo...

que ultra pachequez. tambien AEon Flux que pedo, que ultra mega pachequez.
tan aca.

Indio Cacama dijo...

creo que es raro eso de soñar olores.

Raúl Aníbal Sánchez dijo...

orale, es como en la ciudad de los muertos, que le dice que si le da un balazo cuando se convierta en zombie y el dice que no, que siempre quiso saber que se sentia estar del oto lado.

Mariana Orantes dijo...

Carlouis: sip, ultrapachequez... espera...¿ya le haces a esos vicios tan terribles, muchacho? ¿no te han dicho que las drogas matan? =D

Ernesto: pues sí, aveces mis sueños son sensoriales, es decir, aveces colores muy acá o sabores incluso; de olores, sobre todo perfumes, aunque recuerdo una vez que soñé que alguien estaba fumando, yo no sabía que fumaba hasta que me llegó el olor, entonces supe y reconocí el olor: era mota.

Bicho: Si!! exacto!! simón, tu sí me entiendes!!!, precisamente pensé en esa parte... y por cierto es la tierra de los muertos, no la ciudad, no te digo, siempre te confundes =P

 

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