jueves, marzo 06, 2008

El Padrino y yo (primera parte)


“I belive in america”. Pongo en el reproductor chino mi dvd pirata de “The Godfather”. Ver una buena película es como leer un libro. Lo pienso mientras veo a Marlon Brandon acariciar a un gato que no estaba planeado para la película, pero que lo encontraron corriendo en el set y lo incorporaron para darle el mágico toque del mafioso acariciando a un gato. Lo pienso mientras Vito Corleone se la deja ir a Bonasera con un toque de altiva elegancia pero que recuerda la afamada frase “toma, puto”.

Nunca he leído el libro de Mario Puzo, aunque espero hacerlo algún día.

Tengo síndrome pre-menstrual y me agazapo entre las cobijas de mi cama mientras veo una alegre boda italiana. Al menos, pienso, no estoy perdiendo mi tiempo. Me voy despabilando mientras va pasando la película.

Al final de la película la mayoría de los que aparecen en la boda de Connie estarán muertos. Luego viene la vigorizante escena de la cabeza de caballo y del productor (dios, como me gusta esa escena). Alguna vez mientras iba caminando del brazo de un guapo caballero se me ocurrió hacer una recreación de esa escena; el caballerito en cuestión y la mayoría de los transeúntes se me quedaron viendo, espantados, antes de soltar una carcajada por los gritos que yo creía idénticos a los del productor, mientras mis manos apuntaban a una cabeza de caballo no presente y mis ojos se abrían a todo lo que dan. No, no estaba ebria, pero me hubiera gustado estarlo. Y si me lo preguntan, no es una buena escena para imitar mientras caminas cerca del palacio de Bellas Artes.

1 dichos:

Indio Cacama dijo...

mejor desliza la quijada hacia adelante y dí con voz ronca: "No me tienes respeto"

 

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