martes, abril 22, 2008

Love after love

El domingo fui a la lectura de Derek Walcott en el MUNAL. Fue hermoso. Ese hombre es un hombre hermoso. Tiene la piel morena, la voz gruesa, rasposa, fuerte, bonita; tiene unas manos grandes y una nariz ancha y tiene los ojos más curiosos que jamás he visto; los tiene de muchos colores: desde azul a verde; aguamenta, grisagua, azulvientomarcaribe.

No supe ni qué decir, solo dije "gracias" y sonreí, sonreí no sé como, pero Derek Walcott me sonrió de vuelta y fui muy feliz ese día.

Pero la felicidad no siempre se queda y yo la extraño mucho. Por ella, por mi niña, he llorado mucho y no sé que hacer, ni soy buena para consolar a quien amo.

Por eso pongo un poema que sé que le gusta, por todo el cariño, por todo lo que somos y lo que nos faltó ser (los cuatro en familia, con casa dibujada en papel, felices): crueldades del destino.

Love After Love

The time will come
when, with elation
you will greet yourself arriving
at your own door, in your own mirror
and each will smile at the other's welcome,

and say, sit here. Eat.
You will love again the stranger who was your self.
Give wine. Give bread. Give back your heart
to itself, to the stranger who has loved you

all your life, whom you ignored
for another, who knows you by heart.
Take down the love letters from the bookshelf,

the photographs, the desperate notes,
peel your own image from the mirror.
Sit. Feast on your life.


Derek Walcott





(muéranse de envidia, zorras)

2 dichos:

Anónimo dijo...

siempre es bueno recibirse a uno mismo después de tantas extranjerías... y recibirse con ese humor tranquilo

Orquídea Moyao dijo...

Esos momentos aunque duran poco siempre te hacen sentir bien, aunque se extrañen.
Yo me morí de envidia síii sii pero no como aquellas majaderías

 

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