Blogger Ernesto said...
A ver , tauromaquia es aquel espectáculo en el que se tortura a toros ¿verdad? ¿Gatomaquia se refiere a lo mismo pero con gatos?
Señorita Luna responde:
Tauromaquia, según la RAE (jajaja) es:
1. f. Arte de lidiar toros.
2. f. Obra o libro que trata de este arte.
La gatomaquia por tanto es el arte de lidiar gatos u obra o libro que trata de eso. Para ejemplificar esto, nada mejor que Lope de Vega y su Gatomaquia, que de ahí viene el nombre y si la tauromaquia es el espectáculo donde se torturan toros, bueno la gatomaquia es el blog donde vemos como torturan a un gato llamado Mariana y sus mariconadas.
Pero pasemos a lo de Lope de Vega, que con lo que le dice a Burguillos queda muy bien ejemplificado:
LA GATOMAQUIA
del licenciado Tomé de Burguillos.
De Doña Teresa Verecundia* al Licenciado Tomé de Burguillos.
Soneto
Con dulce voz y pluma diligente,
y no vestida de confusos caos,
Cantáis, Tomé, las bodas, los saraos
de Zapaquilda y Micifuf valiente.
Si a Homero coronó la ilustre frente
cantar las armas de las griegas naos,
a vos de los insignes marramaos,
guerras de amor por súbito accidente.
Bien merecéis un gato de doblones,
aunque ni Lope celebréis, o el Taso
Ricardos o Godofredos de Bullones;
pues que por vos, segundo Gatilaso,
quedarán para siempre de ratones
libres las bibliotecas del Párnaso.
Notas:
*Verecundia: lat. Vergüenza, el nombre es invención de Lope
v7: marramaos: gatos. También Lope lo usa como acepción de maullidos en época de celo.
v9: gato de doblones: gato de dinero. Gato: bolsa o talego de piel de gato
v10: ni a Lope... ni al Taso.
v11: Alude a Ricardo Corazón de Leóny a Godofredo de Bouillon
v12: Gatilaso: creación burlesca de Lope sobre Garcilaso, considerado el poeta por antonomasia.
Félix Lope de Vega. La Gatomaquia. Edición y notas de Celina Sabor de Cortázar. Biblioteca Clásica Castalia. Madrid, España 2001. 228 pp.
Blogger Ada Pantoja said...
Y la égloga I ....!!
despues de leer todo esto la vida te parece tan injusta!
Señorita Luna responde:
Más que injusta te parece triste. Hay algo de melancolía que no me he logrado sacudir después del lamento de Nemoroso. El de Salicio es una mariconada porque nomás lo dejó, pero Nemoroso es otra onda. Insisto en que debemos leer algo que nos lleve a lo sublime, como Fray Luis, para tener menos presente (aunque reavive cuando uno lo lee de nuevo) la espina en el corazón que es el lamento de Nemoroso y el fuego en la cabeza que es el lamento de Salicio.
Así que te dejo mi favorita de las odas a Felipe Ruiz de Fray Luis de León:
¿Cuándo será que pueda,
libre desta prisión volar al cielo,
Felipe, y en la rueda,
que huye más del suelo,
contemplar la verdad pura sin duelo?
Allí a mi vida junto,
en luz resplandeciente convertido,
veré distinto y junto
lo que es y lo que ha sido,
y su principio propio y ascondido.
Entonces veré cómo
la soberana mano echó el cimiento
tan a nivel y plomo,
dó estable y firme asiento
posee el pesadísimo elemento.
Veré las inmortales
columnas do la tierra está fundada;
las lindes y señales
con que a la mar hinchada
la Providencia tiene aprisionada;
por qué tiembla la tierra;
por qué las hondas mares se embravecen,
dó sale a mover guerra
el cierzo, y por qué crecen
las aguas del Océano y descrecen;
de dó manan las fuentes;
quién ceba y quién bastece de los ríos
las perpetuas corrientes;
de los helados fríos
veré las causas, y de los estíos;
las soberanas aguas
del aire en la región quién las sostiene;
de los rayos las fraguas,
dó los tesoros tiene
de nieve Dios, y el trueno dónde viene.
¿No ves cuando acontece
turbarse el aire todo en el verano?
El día se ennegrece,
sopla el gallego insano,
y sube hasta el cielo el polvo vano;
y entre las nubes mueve
su carro Dios, ligero y reluciente;
horrible son conmueve,
relumbra fuego ardiente,
treme la tierra, humíllase la gente;
la lluvia baña el techo;
invían largos ríos los collados;
su trabajo deshecho,
los campos anegados,
miran los labradores espantados.
Y de allí levantado,
veré los movimientos celestiales,
ansí el arrebatado
como los naturales,
las causas de los hados, las señales.
Quién rige las estrellas
veré, y quién las enciende con hermosas
y eficaces centellas;
por qué están las dos Osas
de bañarse en el mar siempre medrosas.
Veré este fuego eterno,
fuente de vida y luz, dó se mantiene;
y por qué en el invierno
tan presuroso viene,
quien en las noches largas se detiene.
Veré sin movimiento
en la más alta esfera las moradas
del gozo y del contento,
de oro y luz labradas,
de espíritus dichosos habitadas.
1 dichos:
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