miércoles, agosto 15, 2012

Primera parte




I


Recordar el claro mundo
Como una carta lejana, un llamado,
Luz o cielo que se extiende
Hasta entrar por la ventana
De los hombres que hace tiempo se han quitado el corazón
Como un traje, un par de zapatos que lastiman
O un hueso de durazno sobre la mesa;
La carne expuesta
Púrpura de tristeza,
Que recuerda lo acabado
Y lo pequeño efímero
Porque lo efímero también importa
Como el primer sueño adolescente
O el amor repentino a una muchacha
Que pasa marcando el ritmo con sus piernas largas
Y sobre ellas reposa el equilibrio del mundo.
Fuera de ellas, caer en la miseria
Donde los perros de la calle
Roban un poco de sol a la mañana.


 

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