sábado, septiembre 10, 2011

Día 19: no hay descanso

Tengo muchas cosas que hacer en estos días y no he tenido tiempo de actualizar el blog tan seguido.  Tengo que seguir con la novela y por lo menos escribir dos o tres poemas a la semana. Además, ya es septiembre y debo preparar el boletín para el Ateneo. Eso, entre otras muchas cosas. Sin embargo estoy contenta. Hoy fuimos a ver los muebles para el departamento y me hace mucha ilusión todo el asunto. La decoración del departamento será algo muy divertido. Para ello, me gustaría hacer un paso a paso de cómo empezó y de cómo terminará. Con fotos y toda la cosa. También voy a pintar más cuadros y a ampliar algunas de las fotografías que he tomado, para decorar las paredes. Lo bueno de hacer algo con tus manos, es que puedes volverlo a hacer, no importa el trabajo. Lo digo por mis cuadros que se robaron y que había pintado con tanto cariño. 
También voy a hacer algunas plantillas y lámparas. Lo que me interesa es que, en mi nuevo estudio, pueda tener las siguientes cosas:
1.-una ventana con luz
2.-un librero y un escritorio
3.-una silla para el escritorio
4.-un sillón para leer
5.-una pantalla para atenuar la luz artificial
6.-una pluma bonita y una libreta

Para la cocina quiero tener un horno, porque han de saber que me gusta mucho cocinar. Hace mucho que no preparo galletas de mantequilla para el té. No sé, tengo muchas ideas de las cosas que vamos a comprar para amueblar el lugar. Y no puedo esperar. La verdad ya quiero mudarme.

Día 19: Uno que lo haya sorprendido por bueno

El juguete rabioso
de Roberto Arlt



Este libro lo leí porque entré a un curso de narrativa rioplatense. Antes de eso, mi contacto con Roberto Arlt se había dado sólo por trabajos y artículos de algunos de mis compañeros. Por lo que leía, pues no me llamaba la atención, al contrario, renegaba un poco de lo que se decía de él. Así que, una buena recomendación: no hagan caso de "lo que se dice" sobre un libro, una película o una persona. Lo mejor es siempre leer el libro, ver la película, comprender a la persona. Así que cuando leí el libro, me impactó de tan bueno que es. Es decir, me gustó mucho, a pesar de que mis expectativas eran muy bajas. Es un libro pequeño que relata algunos pasajes en la vida de Silvio Astier. Su narrativa es fluida y tiene un aire un tanto diferente a la narrativa hispanoamericana de aquél entonces. Como fanático del buen Dosto, Roberto Arlt introduce una narrativa parecida, pero con los matices de la vida del arrabal argentino. Es muy diferente a Cortázar y a Borges, y él crea una corriente alterna a estos dos. El estilo de Arlt me hizo incluso pensar seriamente hacer una tesina sobre él. A la mera hora no me animé y fue más por mi emoción causada por su lectura, que por pensar de verdad un tema, así que desistí. No me arrepiento. De él he leído El juguete rabioso, Los siete locos, El jorobadito y otros cuentos y El criador de gorilas. Me gustaría leer Los lanzallamas, pero no lo he conseguido. En verdad, recomiendo leer a Roberto Arlt. No tiene desperdicio.

 

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