martes, mayo 15, 2012

I


El sol pálido se refleja sobre un charco

El ojo de Dios parpadea y la muerte, su pequeño burócrata
Con un dedo regordete señala
Los árboles
Las casas
Los adolescentes que hace poco se entregaron al amor

Detrás de mi hombro
Presiento su mirada
(Aquí estoy
De nuevo entre tus calles)
Tengo el atuendo gris
Y bajo un cielo gris
Intento esconderme del ojo divino

1 dichos:

Míkel F. Deltoya dijo...

Un excelente poema, sobre todo lo del atuendo gris.

Saludos y letras

 

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